Cada vez que acudimos a una oficina estatal o privada nos encontramos con una dama sentada tras un escritorio.
Si deseamos algún informe o entablar conversación con el funcionario o jefe, debemos dirigirnos, sin duda, a la secretaria.
Su función es trascendental, porque de la forma como nos atienda dependerá, en muchos casos, el éxito o fracaso de nuestra gestión.
Ella será la responsable directa de la impresión que tengamos de la entidad que visitamos con la mejor intención.
No poseen la misma denominación, pero por el contacto que tienen con el público podemos considerar también a las jóvenes que trabajan en los bancos o entidades crediticias.
En algunos casos, tal vez el trabajo cotidiano les haga perder la paciencia, pero su obligación es convertir la labor rutinaria en algo agradable para evitar que la gente se lleve una desagradable sensación de su empresa.
Por eso se exige que las secretarias se capaciten, dominen las distintas habilidades comunicativas y tengan un concepto definido acerca del escuchar- activo.
Igualmente se requiere una personalidad equilibrada y proactiva, así como mucho tacto y prudencia para manejar situaciones adversas.
Tampoco debe descuidarse la entrega, lealtad, dinamismo, honestidad, nobleza, vocación de servicio y transparencia.
Quedó atrás el tradicional concepto que la secretaria era la persona confidente, dispuesta a guardar o esconder secretos.
Ahora es la mujer ejecutiva. Con plenas condiciones para adelantarse a la respuesta que podría emitir su jefe y no hacer perder el tiempo a quien está en busca de una entrevista con él.
Nunca debe olvidar que su función es vital y que, con todos los problemas encima, su objetivo es ofrecer la mejor imagen de la institución que representa.
Sola o acompañada, sabe que siempre debe estar dispuesta a ofrecer su mejor sonrisa al extraño que se detiene al frente por una consulta.
Sin obviar los recados para el director o gerente, el orden de los archivos, el tecleo en la computadora y el teléfono que suena en el momento de más apuro.
En esta fecha tan especial, nuestro sincero aprecio, gratitud y reconocimiento a todas las secretarias por la importante y encomiable labor que desempeñan cada día…
“Jamás sabrás si eres apreciada o necesaria
solo dentro de tu alma, sentirás
que mereces ser reconocida…”
(Anónimo)
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